martes, 23 de agosto de 2011

Reflexión sobre la vida


El viento sopla, pero solo lo oyes cuando va a gran velocidad. El Sol está siempre, pero solo los vez cuando es de día. Las estrellas nos observan, pero solo dejan ser observadas cuando cae la noche. Son  cosas, que hacen que la vida te deje con preguntas. Preguntas, que por mucho que lo intentes, no encontrarás una respuesta para ninguna de ellas.
El suelo que pisamos, pasa día y noche aguantando nuestro peso, nuestra postura. ¿Por qué no puede levantarse y decir, “basta”? Porque la naturaleza que nos ha criado dice que es así. Dice que la vida es esto, y que las cosas más pequeñas no podrán manifestarse. Los humanos, somos la raza dominante, los animales están por debajo de nosotros. Pero lo peor, es que entre nosotros hay desprecios. Si es cierto que estamos aquí por algo, solo con dar un poco de apoyo al que lo necesite. Un poco de igualdad, a la hora de ver las cosas. Que hasta los mismos animales, valgan la pena. Que por qué tienen que ser ellos los devorados por asesinos como nosotros, y por qué no ellos podrían hacerse con nuestra carne. El por qué las hormigas tienen que aguantar que pasen millones de zapatos gigantes, rompiendo lo que para nosotros no es nada, para ellas puede ser una vida de trabajo. La razón de nuestro color de pelo, ojos, piel… La razón de por qué el cielo es azul, si el universo es oscuro, negro y sin salida. El por qué el mar  es infinito, si quitamos millones de litros al día de él. El por qué en un país debe de estar gente muriéndose, sufriendo, y tú aquí, disfrutando de los bienes más favorables de esta, que dice ser nuestra única vida. No sé si será así o no, y muchos menos, estoy autorizada para responder esa pregunta, ni yo, ni nadie. Si es cierto que el aire que nos rodea se puede respirar, por qué no poder respirar el agua. Por qué no poder ver las estrellas cuando el sol alumbra. Por qué no poder controlar la lluvia, si es cierto que dicen que tenemos todos los medios para saber lo que va a ocurrir, si de verdad somos tan listos, por qué malgastar nuestro mísero tiempo en causar los destrozos que causamos. Por qué no gastar el dinero y la voluntad en cosas que de verdad merezcan la vida, para el desarrollo del ser humano, si somos y seguiremos siendo la raza dominante, por qué no dejarla por lo alto, y sí conformarnos con vivir unos años más, cuando sabemos que si esto sigue así en muy poco tiempo todos acabaremos donde ni nuestro peor enemigo desearía. Y entonces, nos daremos cuenta de lo que no valoramos, cuando podíamos hacerlo. Y ahora, miras por la ventana, y ¿qué ves? Lo que vez es el mundo, la vida en la que vives y vivirás tu día a día. Y es el mundo en donde vivirán tus hijos, y eres tú el que está haciendo que la vida sea cada vez más corta. Y el día que queramos reaccionar, será demasiado tarde.

Las cosas más insignificantes de la vida, son las que influyen en realidad


Un ligero aire toca tu mejilla, te acaricia, e intenta hacerte ver que no estás sola. Las hojas se levantan del suelo, y dan un ligero salto, como si quisieras abanzar cada vez más, pero se pegarán un día entero para estar a 4 metros de su posición anterior, y cuando creen que ya no hay nada que hacer, un frío aire las levanta, y hace que éstas, puedan volar. ¿ Qué podrían sentir cuando este las levanta ? Liberación, solo si estas se sentían atrapadas ; Alegría, solo si llevaban esperando ese momento mucho tiempo ; Desesperación, solo si sienten que nunca tocarán el suelo de nuevo.. Cuando ese ligero aire se apodera de ellas, y se convierte en sus piernas, abanzan, y para ellas, esos metros, son un gran paso. Y para ellas, el que nosotros las recogamos del suelo, es como si les dijeramos a unos niños que no pueden jugar, porque para ellas, el árbol es su casa, el suelo su nuevo mundo, pero al recogerlas, todo se vuelve oscuro. Muchas veces eso es la realidad, esa es la vida misma, las cosas más insignificantes son las que de verdad concuerdan con tu vida. Hasta una mísera flor, puede sentir lo que tú. Si a esta le quitas el sol, es como si a ti te quitaran el corazón, es tu vida, tu forma de pensar, porque aunque siempre, por naturaleza, se ha dicho que la cabeza es lo primero que piensa, la persona con capacidad para ver lo que siente su corazón, lo que este piensa, es la que de verdad sentirá lo que una flor experimenta cuando se hace de noche. Cuando a un lápiz le quitan a su acompañante la goma, es como si te dejaran un ojo, pero no una oreja. Puedes ver todo lo que pasa a tu alrededor, pero no tienes a nadie que te ayude a oír . Y cuando a una lámpara se le funde la bombilla, es como si algo dentro de ti no funcionara, y al no funcionar, no eres nadie. Tantas cosas, que nos confunden, que nos parecen insignificantes, pero que aunque no tengan los mismo medios para sentir, como tú, pueden ser tan iguales. Porque uno no es nada sin un corazón que sienta por él, sin una cabeza que piense por él, si un brazo que actúe por él, sin una pierna que camine por él.. porque sin nada de eso, seríamos como una liebre en medio de cien leones hambrientos, seríamos indefensos, sin ganas de sentir, pensar, hablar.. Nadie sabría entendernos, ni nosotros mismos. Por eso, nadie sabe lo que de verdad es sentirse vacío, puedes sentir dolor, tristeza y puedes haber tenido una vida que nunca olvidarás en cualquier sentido, pero nunca te faltará todas esas cosas importantes, y cuando eso pase, solo te queda, hacer como la lámpara al fundirse la bombilla, esperar a que la cambie; como la flor sin sol, esperar a que se haga de día ; o como el lápiz sin goma, esperar a que pongan otra a su lado. Y todas esas cosas, son las que hacen de nuestra vida, un juego con sentido.